¿Mamá sobreprotectora? No, soy una mamá salvavidas – VitalkeyMX

¿Mamá sobreprotectora? No, soy una mamá salvavidas

por Marketing Grupo Lucava en July 04, 2022

“Soy una madre sobreprotectora”, me dijo una amiga mientras observábamos correr a nuestros hijos de 7 años alrededor del parque de juegos. Ella cambiaba de posición cada cinco minutos para no perder de vista a su hijo. Ocasionalmente le gritaba que no se subiera tan alto, que fuera más despacio o le recordaba que incluyera a su amigo.

“Soy una madre salvavidas”, contesté medio en broma.

Claro que de vez en cuando echaba un vistazo al área de juegos y vigilaba a mi hijo. Pero para mí, este encuentro estaba yendo bien.

Mi hijo, que tiene , estaba corriendo y divirtiéndose. Hablaba con su amigo acerca de un juego inventado que a sus amigos les gustaba jugar, y no solo hablaba acerca de su marcado interés por los trenes. Y él no corría peligro.

Eso era suficiente para mí.

Criar a dos niños que tienen autismo y dificultades de aprendizaje y de atención significa que mis prioridades son diferentes a las de otros padres. Por supuesto que, si mis hijos se meten en problemas, intervengo de inmediato para ayudarlos, ese es mi lado de madre salvavidas. Pero a diferencia de mi amiga sobreprotectora, no intento resolver sus problemas antes de que ocurran.

Aunque tengo la tentación de asegurarme que mis hijos nunca experimenten conflictos o incomodidades, lucho contra ese impulso debido a sus dificultades. Sé que no siempre estaré presente para ayudarlos a enfrentar diferentes situaciones. Por lo que tengo que asegurarme de permitirles que descubran sus limitaciones, dentro de lo razonable.

Por ejemplo, cuando mi hijo más pequeño que evita los estímulos sensoriales está en un restaurante ruidoso, le permito decidir si necesita utilizar sus auriculares con cancelación de ruido. Y si mi hijo mayor se siente más contento estando solo en casa, no le digo que tiene que invitar a sus amigos a casa.

Si tomara esas decisiones por mis hijos no sería justo para ellos.

Lo que intento hacer constantemente es reevaluar qué es lo más importante que mis hijos experimenten en diferentes circunstancias. Los ayudo a identificar qué es esencial para tener éxito y qué puede dejarse de lado.

¿Insistir en que usen ropa incómoda en las reuniones familiares? De ninguna manera propiciaré esa batalla. Pueden usar la ropa más cómoda (y más limpia).

¿Salirnos de una película porque es demasiado ruidosa para mi hijo pequeño, aún usando esos auriculares con cancelación de ruido? Dejo que él decida, aunque haya gastado mucho dinero en los boletos.

¿Decir no, y no disculparme por cancelar excursiones o salidas a las que mis hijos no quieren ir? No lo pensaré dos veces.

Irónicamente, cuando mi instinto salvavidas aparece, puedo ser inclusive más protectora que una madre sobreprotectora. Si mi hijo no quiere hacer algo y ha hecho lo posible por decir no de una manera digna y que no lastima los sentimientos de nadie, y aún así continúa teniendo problemas para ser escuchado, es momento de intervenir. De lo contrario, me mantengo al margen.

Sin embargo, eso no significa que secretamente no me gustaría saber lo que se siente ser una “madre sobreprotectora” como mi amiga.

¿Disfruta involucrándose con su hijo a un nivel tan profundo? Si yo pudiera hacer eso, ¿se sentirían mejor mis hijos o serían más felices? ¿Quién puede decir que mi estilo de crianza es mejor?

En este momento, ser una madre salvavidas es lo mejor que puedo hacer, y francamente, solo tengo energía para eso. Es lo que mis hijos conocen y nos funciona.

 

Fuente: Understood

DEJA UN COMENTARIO

Los comentarios deben ser aprobados antes de aparecer